viernes, 2 de mayo de 2008

La desaparición de las lenguas

Este es otro ejemplo de columna periodística. Os dejo señaladas algunas de las afirmaciones que considero más importantes:
7.000

Al parecer en el mundo hay 7.000 lenguas. Y la mitad están en trance de desaparición. Acongoja imaginar esa gigantesca masacre silenciosa. Una lengua es algo extraordinario, es uno de los mayores logros de la mente humana. Un logro colectivo. Asombra todo ese ingenio, esa creatividad, ese esfuerzo invertido por una comunidad durante milenios no sólo para crear una herramienta de comunicación eficaz, sino también para dar forma a sus sueños y a sus miedos, a su manera de ver el mundo. Una manera única, porque cada lengua es una traducción de la realidad. Y todo eso, todo, junto con las memorias de los antepasados, los cuentos que las madres contaban a sus niños, las canciones y los rezos, desaparece calladamente para siempre cuando muere una lengua, y al poco es como si ese pueblo nunca hubiera existido.
Siempre me conmovió esa preciosa historia de Humboldt, el gran naturalista alemán, que en su viaje de exploración por Centroamérica entre 1799 y 1804 se encontró con que una de las tribus que quería visitar, la de los atures, había sido exterminada por los caribes, y que sólo quedaba un pobre loro viejo y tiñoso que farfullaba una cantinela que nadie entendía, que era la lengua atur. Humboldt, sabedor del valor de lo perdido, invirtió infinidad de horas intentando transcribir al papagayo y rescató cuarenta palabras, es decir, cuarenta sonidos seguramente deformados por el animal y que nadie sabía lo que significaban. Pero por lo menos gracias a ese pájaro, y sin duda a Humboldt, hoy estamos siquiera mencionando a los atures. Déjame que te diga que hay casos peores, como el de esos dos ancianos del Estado de Tabasco, en el sureste de México, que son los dos últimos conocedores de la lengua zoque que hay en el mundo. Lo malo es que están enfadados y no se hablan. Somos más idiotas que los loros.

Rosa Montero (El País, 29 de abril de 2008)

4 comentarios:

Mariaisabel dijo...

Estoy de acuerdo contigo.Para mi conservar una lengua, es guardar un tesoro que podemos pasar de padres a hijos, pero hay quien se empeña en hacerlas desaparecer.
Recuerdo con mucho cariño las canciones y cuentos que mi abuela me enseñaba(en catalán), nunca olvidaré esos momentos mágicos.
Por mi parte, aún viviendo fuera de Cataluña, siempre les hablé en catalán a mis hijos, puesto que e mi lengua materna.
Un gran abrazo

Anónimo dijo...

Yo pienso que una lengua es una cosa tanto compleja como imprescindible, y que si nadie hablara ninguna lengua no se llegaría a ningún lado y sería un gran retroceso en el avance en el que se dice que estamos. Respecto a lo de que desaparecen las lenguas... yo ahora mismo solo tengo algo de conocimiento en el "bable" (Asturias) que aunque no sea una lengua también desaparece rapidamente. Aunque no te lleve a ningún lugar hablar eso, sólo por el hecho de que tus abuelos o antepasados hablaran de esa manera debería ser motivo suficiente para conservarla. Creo que en los colegios que se encuentran en provincias, o zonas en las que existe otra "lengua" (por así llamarlo) se debería impartir el estudio del dialecto o lengua que corresponda, pues aunque no te lleve a ningún lugar es una manera de "conservar" tu historia y no hacer desaparecer algo tan complejo como una lengua. Hoy en día también estudiamos cosas que no nos llevan a ningún sitio y no por eso se dejan de impartir.

Un saludo.
María.

Anónimo dijo...

He escrito mal rápidamente, lo he puesto sin tilde.

Gema dijo...

- Gracias, Mariaisabel, por tu comentario. Es curioso cómo asociamos una lengua a determinadas personas o a momentos determinados, como es el de la infancia.
- Maria: muy acertado tu comentario. Si todo el mundo pensase como tú no estaríamos hablando ahora sobre la desaparición de las lenguas. Me alegra que pienses en conocer la lengua de tu familia.

¡Muchísimas gracias a las dos por vuestras reflexiones!